Neoliberalismo

Tenía la obsesión de reemplazar todas las mesas del restaurante cada semana. No podía soportar la idea que la gente ocupara una y otra vez el mismo lugar donde otros ya se habían servido. Lo mismo pensaba de los cubiertos, los platos, los asientos del servicio público y hasta de los órganos sexuales. En el corto plazo quedó en la banca rota.

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