Condena del tiempo

El árbol no está seco delante de mis ojos,

Soy yo mismo la figura que lo gasta,

Quien debate con resabios internos

Y desfigura la forma del presente.

Nada es la causa, todo fue el camino

De incontables partículas redundando

Hasta formar la idea que sostengo.

Mi enclave pudo ser otro, pero soy yo

Frente al mar y el desierto que me abisma.

El paisaje pudo ser de otra forma,

Yo mismo y la idea que sostengo,

Pero debo insistir en esta anomalía

Que confluye en el lugar que recorro;

La casa y el jardín, inquebrantables,

Durante el ocaso y el alba inmemoriales;

Yo mismo soy quien redunda        

En la imparcialidad de cada día.

El origen antes del universo,

Por azar u otro elemento desconocido

Sucediéndose a través del tiempo,

Negó la posibilidad de otra forma. 

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