Alguien ha muerto en un cuarto de tu casa,
Pero antes de digerir la noticia
Preocupate primero del certificado de defunción,
La compra del ataúd y los arreglos funerarios.
Luego no olvides llamar al cementerio,
Hacer el obituario, contactar al cura, arreglar la misa,
Comprar las flores y avisar a la gente
Para señalar dónde será velado.
Tampoco olvides la buena presencia
Porque hasta un funeral es causal de malas lenguas.
Después no te olvides de hacer un discurso,
Tomar el féretro y en caravana
Partir a enterrar al muerto.
Luego de tres días de difícil ajetreo
Y de atender llamados iguales en tormento,
Quizás recién puedas encerrarte en tu casa,
Estar a solas y asimilar que alguien se había muerto.